MISIONES DEL CAMINO REAL

Los distintos viajes que realizó Cristóbal Colón después del Descubrimiento de América, hicieron comprender a los Reyes Católicos que las tierras descubiertas eran de una gran inmensidad y riquísimas en todos los sentidos. Debido a lo anterior, Isabel y Fernando pidieron inmediatamente el apoyo del Papa y éste les concedió en poco tiempo una privilegio que les permitía adueñarse de todo el territorio que conquistaran, incluyendo a los pueblos autóctonos que ahí vivieran y a quienes debían cristianizar.
Después de la Conquista de México en 1521, un 6 de noviembre de 1528 el conquistador español Albar Núñez Cabeza de Vaca, fue el primer europeo en pisar las tierras tejanas y coahuilenses, después de que su embarcación encallara en las costas de la Florida. Como único sobreviviente, se dirigió hacia el oeste bordeando la costa del golfo de México, solitario y hambriento y sobre todo; evitando en lo posible a los pueblos nativos, hasta que por fin un día, llegó al ojo de agua de “San Felipe”, manantial localizado en la hoy Ciudad de Del Rio; donde durmió y cobró fuerzas para seguir caminando hacia el oeste.
Después llegaron los tiempos en que cualquier conquistador subía a un punto dominante del entorno geográfico y proclamaba la propiedad de esta inmensidad para los reyes de España, olvidando que desde hacía miles de años, cientos de pueblos nativos de América vivían libremente en esos parajes y que estos estaban muy ligados a la naturaleza circundante.
Para el año de 1600, la nueva España contaba ya con más de 8 millones de kms. Cuadrados, los que abarcaban desde Panamá hasta la Florida incluyendo los territorios del norte y las Californias.
El hierro y la pólvora, al igual que el caballo; fueron utilizados como armas superiores para dominar a los nativos de la nueva España, pero prontamente los europeos se dieron cuenta que la fuerza no mantenía el dominio sobre los que ellos consideraban salvajes y poco a poco cambiaron de táctica. Haciéndose acompañar de frailes y clérigos los cuales se encargaban de adoctrinar a los pueblos conquistados, logrando en esa forma una pacificación más duradera.
Para 1664 se inició la evangelización mediocre y a veces negativa de esta apartada región, ya que el nativo no lograba convencerse de trabajar de sol a sol como lo exigía el europeo, porque ellos estaban acostumbrados a vivir libremente.
Aun así, en ese año de 1664, se construye “La Misión del Dulce Nombre de Jesús” en Peyotes, “La de San Francisco Vizarrón” en lo que hoy también es la localidad de Villa Unión y en esos mismos años; se construye también “La Misión de San Fernando de Austria” en la actual Zaragoza. Todas ellas fueron abandonadas al poco tiempo, ya que los ataques de los nativos o rebeldes no les permitieron sostenerse.
En mayo de 1675, arribó a las orillas del Rio Bravo en el lugar donde hoy se localiza Jiménez, una expedición comandada por el Capitán Fernando del Bosque; quien acompañado del destacado religioso Fray Juan Larios, llamado por el historiador Orozco Y Berra “El Fundador de Coahuila” construyen “La Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de la Monclova”. (Que algunos aseguran que se localizó en lo que hoy es el Ejido el Moral.)
Fue hasta 1690 cuando el Capitán Alonso de León cruzó el Rio Bravo por el llamado “Paso de Francia”, cercano a la hoy ciudad de Guerrero, Coahuila; buscando llegar a los límites de la Luisiana. A fines de ese mismo año de 1690, este conquistador fundó “La Misión de San Francisco de los Tejas”, marcando además los pasos, los vados y los camino suaves de herradura que después se convertirían en el Camino Real más importante del norte de la Nueva España y que partiendo de Guerrero (Rio Grande) y pasando por San Antonio; logró llegar hasta la Florida.
Paso de Francia
En 1700, el ya General Alfonso de León prepara el terreno para fundar el poblado de Rio Grande (Guerrero) construyendo “La Misión de San Juan Bautista” y “La Misión de San Francisco Solano” (Dejando al mando de estas comunidades a Don Diego Ramón).
En 1702, es construida “La Misión de San Bernardo” en el mismo lugar. Este General Alfonso de León, ya había fundado en 1691 “La Misión del Santísimo Nombre de María” cerca de los límites con Luisiana y desde entonces realizaba cada año una expedición utilizando el camino real abierto por el mismo, buscando una población fundada por los franceses, la cual logro encontrar en aquel territorio en 1689.
En 1749, el Gobernador Pedro de Rábago y Terán, intenta nuevamente y ahora con éxito, fundar el poblado de San Pedro de Gigedo en la hoy Villa Unión, con lo cual logra estabilizar este lugar.
Para entonces, ya El Camino Real de San Francisco de los Tejas, era paso obligado para viajar desde Guerrero, Coahuila; hasta la Florida.